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EDIFICIO PASCUAL BABURIZZA
La segunda alternativa, que fue la que nos pareció más interesante, fue concebir un edificio en forma de “O” que permitiría un gran espacio central, trasladando las fachadas a los distanciamientos mínimos permitidos en los bordes del terreno liberando así el espacio central. De esta manera, en una estrategia poco habitual en los desarrollos inmobiliarios, optamos por la segunda alternativa, distribuyendo todo el edificio en torno a dos grandes atrios centrales con cinco pisos de altura libre. Uno de ellos tiene un jardín interior mientras que el segundo lo concebimos como un lounge con sillones y muebles capaces de albergar desde reuniones casuales hasta una conversación entre vecinos, ambos espacios iluminados cenitalmente a través de una gran cubierta acristalada que baña los pasillos de todos los pisos con luz natural, tamizada por un sistema de celosías que además permite una mejor acústica minimizando la reverberación.
En torno a ambos patios se distribuyen los departamentos, en distintos formatos desde dúplex hasta unidades más tradicionales de tres dormitorios, algunos con patio en primer piso y otros con miradores en la cubierta, en los que además propusimos distintos grados de integración entre recintos, particularmente en cocinas, ya que para un mismo tipo de departamento se propusieron alternativas integradas al estar u otras separadas para mayor privacidad.
De esta forma, pretendíamos satisfacer a un habitante cada vez más complejo y heterogéneo que demanda soluciones personalizadas y menos repetitivas.
EDIFICIO PASCUAL BABURIZZA
La segunda alternativa, que fue la que nos pareció más interesante, fue concebir un edificio en forma de “O” que permitiría un gran espacio central, trasladando las fachadas a los distanciamientos mínimos permitidos en los bordes del terreno liberando así el espacio central. De esta manera, en una estrategia poco habitual en los desarrollos inmobiliarios, optamos por la segunda alternativa, distribuyendo todo el edificio en torno a dos grandes atrios centrales con cinco pisos de altura libre. Uno de ellos tiene un jardín interior mientras que el segundo lo concebimos como un lounge con sillones y muebles capaces de albergar desde reuniones casuales hasta una conversación entre vecinos, ambos espacios iluminados cenitalmente a través de una gran cubierta acristalada que baña los pasillos de todos los pisos con luz natural, tamizada por un sistema de celosías que además permite una mejor acústica minimizando la reverberación.
En torno a ambos patios se distribuyen los departamentos, en distintos formatos desde dúplex hasta unidades más tradicionales de tres dormitorios, algunos con patio en primer piso y otros con miradores en la cubierta, en los que además propusimos distintos grados de integración entre recintos, particularmente en cocinas, ya que para un mismo tipo de departamento se propusieron alternativas integradas al estar u otras separadas para mayor privacidad.
De esta forma, pretendíamos satisfacer a un habitante cada vez más complejo y heterogéneo que demanda soluciones personalizadas y menos repetitivas.