Aprovechando el hecho de que el terreno tenía acceso por dos calles, fue que se optó desde un primer momento en disponer los locales comerciales por el frente que da a Av. Los Leones, aprovechando la gran exposición que tendrían al enfrentar esta calle con alto flujo vehicular y peatonal, mientras que el acceso al edificio se haría por calle Hernán Cortés, que se caracteriza por tener una escala más residencial y local. Debido a restricciones de altura y sombras, el edificio se plantea como un cuerpo de 13 pisos, con un retranqueo hacia el costado sur en el noveno piso, lo que se traduce volumétricamente en dos cuerpos encastrados, uno de color negro orientado hacia el norte que tiene los departamentos de mayor tamaño y un volumen más bajo con orientación oriente-poniente en el que se disponen las unidades de 1 dormitorio, todos ellos con un juego de antepechos blancos dispuestos de forma aleatoria en primer plano en sus balcones que le otorgan unidad al conjunto pero le dan un movimiento particular especialmente a la fachada norte. Todo el primer piso, a excepción del acceso vehicular que se encuentra en un extremo de calle Hernán Cortés, se cedió al espacio público, de modo que el antejardín y la acera pública pasan a fundirse en la práctica en un solo espacio, fomentando su uso por parte de transeúntes y quienes asisten a los locales. En ese sentido es que se plantaron árboles y se dispuso mobiliario urbano para generar instancias de detención y descanso, aportando así al equipamiento de esta avenida, el cual son complementado con mesas y muebles que disponen los mismos locales. De esta forma, el proyecto viene a activar esta importante esquina y le aporta al especio público un potencial boulevard donde antes había una estrecha vereda.