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EDIFICIO DOCENTE UC
La primera se refiere a la relación Campus-Barrio, en la cual se reconoce una relación controlada y acotada mediante umbrales que son verdaderos intersticios entre el exterior y el interior del campus. Se trata de una situación cuyo génesis es fácilmente rastreable a la arquitectura colonial de la Casona Lo Contador, cuyas entradas, evidencian la transición entre lo público y lo privado, lo abierto y lo protegido. En ese sentido la casa adquiere una condición de borde que se extiende también al muro de ladrillos poniente cuyas pequeñas aperturas permiten vislumbrar y descubrir gradualmente la existencia de un campus universitario al interior de la cuadra. En general se advierte una tendencia a ubicar las construcciones en el perímetro del predio, dejando espacio para grandes patios y explanadas (patio central de la casona y patio de madera) que sólo son descubiertos al cruzar los distintos umbrales.
La segunda situación, deliberada o no, es la forma en que cada edificio interactúa con el otro y con el resto del campus. En efecto, podemos apreciar que el conjunto se ha ido consolidando como un muestrario de distintas tipologías de edificios, cada uno con su lógica propia que se relacionan con los otros a través del espacio vacío que se genera entre ellos y a través de un sistema de circulaciones en el nivel subsuelo que permite recorrer gran parte del complejo bajo techo, desde el Auditorio Sergio Larraín hasta el taller de máquinas bajo el Ex – Edificio de Arte, pasando por la biblioteca y la sala de computación.
Propuesta:
Por lo anterior es que el edificio propuesto se plantea como un borde, una pared perforada entre el espacio público y el interior del campus, dejando un acceso en el primer nivel que no pretende constituirse como un gran pórtico de entrada, sino que cómo uno más de estos umbrales entre el barrio y la universidad. La pared perforada adquiere así la función de filtrar lo público hasta lo más privado del campus. Es una entrada que nos permite ver algo de lo que sucede adentro, pero no es sino hasta cuando se atraviesa que descubrimos la serie de actividades y situaciones que conviven tanto dentro del nuevo edificio como al interior del complejo universitario. Se propone un volumen regular conformado por una serie de marcos estructurales principales modulados en 3.00 mts y elementos secundarios en cada tercio que conforman una piel estructural portante y densa que le otorga, al ver el edificio en escorzo, cierta opacidad y masa al conjunto, pero permitiendo a la vez un adecuado paso de luz y control térmico a los recintos interiores.
Los programas de Dirección, Posgrado, Profesores e investigación se disponen en dicho volumen en torno a unas zonas comunes que permiten la entrada de luz cenital al interior del programa a través de los distintos niveles.
El volumen se apoya sobre un primer nivel que se plantea como una prolongación y consolidación del sistema de patios de la universidad. Especial cuidado se ha puesto en mantener una cierta distancia con las otras edificaciones, respetando además las materialidades existentes e integrándolas a su diseño de modo de evidenciar que dichos espacios son un soporte común y articulador de todos los edificios que conforman el campus. Es en este nivel donde se ha dispuesto la sala de exposición, abierta y transparente, como una forma de poner en evidencia, a quienes acceden al campus, los trabajos que en él se desarrollan.
Se han despejado aperturas y patios que relacionan este nivel con el subsuelo, el cual se plantea como la prolongación y culminación lógica del sistema de circulación subterráneo existente. De esta manera, los dos extremos de dicho recorrido están marcados por los auditorios, el Auditorio Sergio Larraín y el propuesto en el nuevo edificio. Se consolida un recorrido que permite una mirada de los distintos tipos de actividades que realizan los estudiantes- conferencias en los auditorios, estudio en la biblioteca, trabajo digital en la sala de computación, trabajo manual en el taller de prototipos- para luego ver su resultado final en la nueva sala de exposición, todo esto en un edifico que funciona como un gran artefacto que da pie a múltiples relaciones, a nivel interior y con el barrio en el que se emplaza.
EDIFICIO DOCENTE UC
La primera se refiere a la relación Campus-Barrio, en la cual se reconoce una relación controlada y acotada mediante umbrales que son verdaderos intersticios entre el exterior y el interior del campus. Se trata de una situación cuyo génesis es fácilmente rastreable a la arquitectura colonial de la Casona Lo Contador, cuyas entradas, evidencian la transición entre lo público y lo privado, lo abierto y lo protegido. En ese sentido la casa adquiere una condición de borde que se extiende también al muro de ladrillos poniente cuyas pequeñas aperturas permiten vislumbrar y descubrir gradualmente la existencia de un campus universitario al interior de la cuadra. En general se advierte una tendencia a ubicar las construcciones en el perímetro del predio, dejando espacio para grandes patios y explanadas (patio central de la casona y patio de madera) que sólo son descubiertos al cruzar los distintos umbrales.
La segunda situación, deliberada o no, es la forma en que cada edificio interactúa con el otro y con el resto del campus. En efecto, podemos apreciar que el conjunto se ha ido consolidando como un muestrario de distintas tipologías de edificios, cada uno con su lógica propia que se relacionan con los otros a través del espacio vacío que se genera entre ellos y a través de un sistema de circulaciones en el nivel subsuelo que permite recorrer gran parte del complejo bajo techo, desde el Auditorio Sergio Larraín hasta el taller de máquinas bajo el Ex – Edificio de Arte, pasando por la biblioteca y la sala de computación.
Propuesta:
Por lo anterior es que el edificio propuesto se plantea como un borde, una pared perforada entre el espacio público y el interior del campus, dejando un acceso en el primer nivel que no pretende constituirse como un gran pórtico de entrada, sino que cómo uno más de estos umbrales entre el barrio y la universidad. La pared perforada adquiere así la función de filtrar lo público hasta lo más privado del campus. Es una entrada que nos permite ver algo de lo que sucede adentro, pero no es sino hasta cuando se atraviesa que descubrimos la serie de actividades y situaciones que conviven tanto dentro del nuevo edificio como al interior del complejo universitario. Se propone un volumen regular conformado por una serie de marcos estructurales principales modulados en 3.00 mts y elementos secundarios en cada tercio que conforman una piel estructural portante y densa que le otorga, al ver el edificio en escorzo, cierta opacidad y masa al conjunto, pero permitiendo a la vez un adecuado paso de luz y control térmico a los recintos interiores.
Los programas de Dirección, Posgrado, Profesores e investigación se disponen en dicho volumen en torno a unas zonas comunes que permiten la entrada de luz cenital al interior del programa a través de los distintos niveles.
El volumen se apoya sobre un primer nivel que se plantea como una prolongación y consolidación del sistema de patios de la universidad. Especial cuidado se ha puesto en mantener una cierta distancia con las otras edificaciones, respetando además las materialidades existentes e integrándolas a su diseño de modo de evidenciar que dichos espacios son un soporte común y articulador de todos los edificios que conforman el campus. Es en este nivel donde se ha dispuesto la sala de exposición, abierta y transparente, como una forma de poner en evidencia, a quienes acceden al campus, los trabajos que en él se desarrollan.
Se han despejado aperturas y patios que relacionan este nivel con el subsuelo, el cual se plantea como la prolongación y culminación lógica del sistema de circulación subterráneo existente. De esta manera, los dos extremos de dicho recorrido están marcados por los auditorios, el Auditorio Sergio Larraín y el propuesto en el nuevo edificio. Se consolida un recorrido que permite una mirada de los distintos tipos de actividades que realizan los estudiantes- conferencias en los auditorios, estudio en la biblioteca, trabajo digital en la sala de computación, trabajo manual en el taller de prototipos- para luego ver su resultado final en la nueva sala de exposición, todo esto en un edifico que funciona como un gran artefacto que da pie a múltiples relaciones, a nivel interior y con el barrio en el que se emplaza.