Se decide generar un volumen hermético que continúe con la vegetación del cerro hacia el oriente y un volumen permeable y abierto hacia el poniente, que destaque la geografía y la vista al mar. Se utilizan elementos como gravilla, techos verdes y materiales pétreos para lograr la continuidad del paisaje hacia el oriente; y elementos asociados a la arquitectura como ventanas, barandas, escaleras y asientos para lograr la apertura hacia el mar.

Así es como desde la cota superior del terreno la casa “desaparece” al plantearse como continuidad del paisaje, mientras que desde la cota inferior la casa “aparece” al insertarse como un cuerpo independiente sobre el terreno.

El paisajismo incorporado busca rescatar las especies existentes agregando solo especies nativas. El trazado de los jardines busca incorporarse a las cotas del cerro resultando contenciones que construyen senderos ajenos a la geometría ortogonal de la casa. La distribución de la casa se configura en torno a tres patios interiores los cuales reintegran el paisajismo del cerro en el interior habitable e iluminan los recintos ciegos por el hermetismo del volumen hacia la ladera del cerro. El proyecto se distribuye en dos niveles escalonados de manera que la cubierta del nivel inferior funciona como terraza del nivel superior. El nivel superior tiene forma de “L” con orientación norte y poniente donde se encuentran las áreas comunes, acceso y dormitorio principal, mientras que en el nivel inferior se encuentra una serie de dormitorios distribuidos linealmente. La casa está completamente construida en hormigón armado con moldaje de maderas de pino gruesas y sin tratar otorgando un colorido neutro al mezclarse con el paisaje y permitiendo durabilidad